El fin de semana central de la Feria del libro de Madrid se abrió con un espléndido sábado de sol y fiesta por todo el parque del Retiro. Un día en el que se reflejó que tenemos ganas de libros y también de compartir con otros la alegría de leer. Porque leemos para nosotros mismos pero también para participar de emociones, opiniones y de una cultura común. Al entrar en el Pabellón Infantil los padres y madres se asombran al contemplar tantos libros y les dicen a sus hijos: «Mira cuántos cuentos» y con ello les hacen una invitación directa a explorarlos sin prisa. Todos los libros que pueblan nuestro bosque están ahí para eso, para explorarlos y perderse en ellos.
Y como complemento, a lo largo de todos los días de la feria no faltan actividades en las que participar. En este sábado la mañana la estrenamos con tres narradoras que con diferentes estilos nos regalaron sus cuentos: El garaje de Gus a cargo de En volandas con el patrocinio de Harperkids; El sol llega tarde, de la editorial Carambuco, presentado por su autora Susana Peix y de la mano de la editorial Amigos de papel nos visitaron dos autoras: María José Floriano, de Nicolasa, y Elena Molist, de Amelia. Además de la narración de todas estas obras, la primera sesión se cerró con un taller para fabricar un vehículo fantástico; también a lo largo de la mañana hubo música y mucha participación de los asistentes.
La actividad prevista para las cinco de la tarde se suspendió y en su lugar sonaron las palabras de Anahí Muñoz, que ejerce de contadora oficial del Pabellón Infantil y todas las mañanas recibe a los grupos escolares con sus cuentos; Anahí dedicó su sesión a los bosques y encandiló a los asistentes con diferentes cuentos como El ratón y la montaña, editado por Mil razones, La mejor sopa del mundo del catálogo de OQO y La fiesta sorpresa, que publica Kalandraka, entre otros.
Posteriormente, Pandora Mirabilia y su compañía nos visitaron por segunda vez para volver a representar la obra Un cuento propio, editado por Takatuka. No faltaron las nubes a la cita de este primer día del segundo fin de semana de la feria y mientras caía una gran tormenta el pabellón volvió a servir de refugio hasta que despejó. La música y las palabras del Pabellón Infantil ayudaron a los visitantes a mantener el ánimo y no perder el buen humor frente a las inclemencias del tiempo. Y entre sol, lluvia, música y palabras llegamos a la actividad con la que se cerró el día, a cargo de la escritora Pilar Serrano que trajo de la mano dos de sus obras: Lobo solo buscaba wifi y El problema, sesión patrocinada por Amigos de papel y Tramuntana.
Una tarde intensa, con mucho público y llena de lectores superconcentrados en sus lecturas a pesar del barullo.